martes, 20 de abril de 2010

Mitre, los caudillos y la guerra del Paraguay


Fragmento de las “Cartas” de Alberdi (París, julio de 1865)
“El antagonismo entre el interés local de Buenos Aires y el del Paraguay […] es hermano gemelo del que tuvo siempre en choque a Buenos Aires con las provincias litorales por idéntico motivo […] el libre tráfico directo con el mundo comercial, que todos se disputan allí, por ser la mina de recursos, la renta pública y el tesoro nacional […]
¿Cuál es la unión que el patriotismo del general Mitre evita con mayor cuidado en medio de la crisis actual? La unión de los argentinos en el goce de la renta de diez millones que todos elkos vierten en su aduana de buenos Aires. […]
No estaría en guerra el general Mitre contra el Paraguay, no lo habría llevado antes a la Banda Oriental, no estaría el Brasil en el Plata, si la unión argentina fuese un hecho […] No hay más que un medio de practicar este hecho: devolver a la nación su capital y el puerto en que está su renta […] Dividir la provincia [Buenos Aires] es curar de raíz la división de la Nación”

Proclama de Felipe Varela, 6 de septibembre de 1866
“¡Argentinos! El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el general Mitre, gobernador de Buenos Aires.
La más bella y perfecta Carta Constitucional democrática, republicana, federal, que los valientes entrerrianos dieron a costa de su sangre preciosa, venciendo en Caseros al centralismo odioso de los espurios hijos de la culta Buenos Aires, ha sido violada y mutilada desde el año sesenta y uno hasta hoy, por Mitre y su círculo de esbirros. ”El pabellón de Mayo, que radiante de gloria flameó victorioso desde los Andes hasta Ayacucho y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las ineptas manos del caudillo Mitre [...], ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Estero-Bellaco, Tuyutí, Curuzú y Curupaytí. […]
Compatriotas: Desde que aquél usurpó el Gobierno de la Nación, el monopolio de los tesoros públicos y la absorción de las rentas provinciales vinieron a ser el patrimonio de los porteños, condenando al provinciano a cederles hasta el pan que reservara para sus hijos. Ser porteño es ser ciudadano exclusivista, y ser provinciano es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del gobierno de Mitre.
Tal es el odio que aquellos fratricidas tienen a los provincianos que muchos de nuestros pueblos han sido desolados, saqueados y guillotinados por los puñales de los degolladores de oficio, Sarmiento, Sandes, Paunero, […] y otros varios oficiales dignos de Mitre. Empero, basta de víctimas inmoladas al capricho de mandones sin ley, sin corazón y sin conciencia. Cincuenta mil víctimas hermanas, sacrificadas sin causa justificable, dan testimonio flagrante de la triste e insoportable situación que atravesamos y que es tiempo ya de contener. […]
Compatriotas: ¡A las armas!... ¡Es el grito que se arranca del corazón de todos los buenos argentinos! ¡Abajo los infractores de la ley! ¡Abajo los traidores a la Patria! ¡Abajo los mercaderes de cruces en la Uruguayana, a precio de oro, de lágrimas y de sangre Argentina y Oriental! ¡Atrás los usurpadores de las rentas y derechos de las provincias en beneficio de un pueblo vano, déspota e indolente!
¡Soldados federales! Nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución jurada, el orden común, la paz y la amistad con el Paraguay y la unión con las demás Repúblicas Americanas. ¡Ay de aquel que infrinja este programa! […] vuestro Jefe y amigo. Felipe Varela.”